La germinación de vegetales se realiza desde épocas muy remotas con la intención de mejorar su conservación, así como para potenciar algunas de sus cualidades nutritivas y terapéuticas. A pesar de que en nuestro país son alimentos casi desconocidos, merece la pena describir brevemente a los germinados, en particular los de alfalfa, para conocer mejor sus cualidades.
La alfalfa, Medicago sativa L, es una planta herbácea de la familia de las leguminosas que florece en primavera. Se trata de una planta muy nutritiva y rica en sales gracias a las características de sus raíces, que son capaces de asimilar los minerales del suelo en mayor proporción que otras plantas.
No es casual, entonces, que la alfalfa haya sido y siga siendo uno de los alimentos más importantes en la alimentación del ganado, además de ser un vegetal de especial interés para la alimentación humana
Los germinados de alfalfa son buena fuente de aminoácidos, los componentes más simples de las proteínas; carbohidratos; grasas poliinsaturadas, beneficiosas para el corazón y los vasos sanguíneos; y fibra. De sus vitaminas sobresalen la C, la B9 o ácido fólico, el beta-caroteno o pro-vitamina A, la E y la K o antihemorrágica.
Sus minerales más abundantes son el potasio, el magnesio, el calcio, el hierro y el cinc. La alfalfa también es fuente de enzimas, sustancias que favorecen la digestión; flavonoides, de acción antioxidante; y clorofila.
Los germinados de alfalfa estimulan los procesos digestivos y, por su contribución a la mineralización ósea, son útiles en mujeres con menopausia u osteoporosis
Los brotes de alfalfa estimulan los procesos digestivos, así como contribuyen a regenerar y proteger la mucosa digestiva (vitaminas A y E) y a mineralizar la masa ósea por su riqueza en sales minerales, por lo que pueden ser útiles como complemento en la dieta de mujeres con menopausia o en caso de osteoporosis. Además, los brotes o germinados de alfalfa aportan muy pocas calorías y una cantidad alta de fibra, lo que los convierte en alimentos de especial interés en regímenes para perder peso. Así mismo, su consumo se recomienda en casos de anemia, por su riqueza en clorofila de efectos antianémicos y de vitamina K, y también para personas con el estómago delicado.
La germinación es un proceso natural de obtención de alimentos muy extendido en algunos países.
Brotes de soja en el Extremo Oriente, judías y guisantes germinados en la India, trigo germinado o bulghur en el Medio Oriente y bebidas tradicionales de cereales germinados en todas las regiones del mundo (fabricación de malta por germinación de la cebada para la elaboración de cerveza).
La germinación se produce cuando las semillas tienen el agua, el oxígeno y el calor suficientes, de modo que empiezan a germinar para formar un nuevo ser vivo, una planta, que a su vez producirá nuevas semillas.
Cualquier semilla de leguminosa o grano de cereal puede ser germinado. Sin embargo, los brotes más apreciados por su ternura y buen sabor son los que se obtienen de legumbres como la alfalfa y de cereales como el trigo o la cebada, así como los procedentes de berros, rábanos, calabaza y sésamo.
La alfalfa, Medicago sativa L, es una planta herbácea de la familia de las leguminosas que florece en primavera. Se trata de una planta muy nutritiva y rica en sales gracias a las características de sus raíces, que son capaces de asimilar los minerales del suelo en mayor proporción que otras plantas.
No es casual, entonces, que la alfalfa haya sido y siga siendo uno de los alimentos más importantes en la alimentación del ganado, además de ser un vegetal de especial interés para la alimentación humana
Los germinados de alfalfa son buena fuente de aminoácidos, los componentes más simples de las proteínas; carbohidratos; grasas poliinsaturadas, beneficiosas para el corazón y los vasos sanguíneos; y fibra. De sus vitaminas sobresalen la C, la B9 o ácido fólico, el beta-caroteno o pro-vitamina A, la E y la K o antihemorrágica.
Sus minerales más abundantes son el potasio, el magnesio, el calcio, el hierro y el cinc. La alfalfa también es fuente de enzimas, sustancias que favorecen la digestión; flavonoides, de acción antioxidante; y clorofila.
Los germinados de alfalfa estimulan los procesos digestivos y, por su contribución a la mineralización ósea, son útiles en mujeres con menopausia u osteoporosis
Los brotes de alfalfa estimulan los procesos digestivos, así como contribuyen a regenerar y proteger la mucosa digestiva (vitaminas A y E) y a mineralizar la masa ósea por su riqueza en sales minerales, por lo que pueden ser útiles como complemento en la dieta de mujeres con menopausia o en caso de osteoporosis. Además, los brotes o germinados de alfalfa aportan muy pocas calorías y una cantidad alta de fibra, lo que los convierte en alimentos de especial interés en regímenes para perder peso. Así mismo, su consumo se recomienda en casos de anemia, por su riqueza en clorofila de efectos antianémicos y de vitamina K, y también para personas con el estómago delicado.
La germinación es un proceso natural de obtención de alimentos muy extendido en algunos países.
Brotes de soja en el Extremo Oriente, judías y guisantes germinados en la India, trigo germinado o bulghur en el Medio Oriente y bebidas tradicionales de cereales germinados en todas las regiones del mundo (fabricación de malta por germinación de la cebada para la elaboración de cerveza).
La germinación se produce cuando las semillas tienen el agua, el oxígeno y el calor suficientes, de modo que empiezan a germinar para formar un nuevo ser vivo, una planta, que a su vez producirá nuevas semillas.
Cualquier semilla de leguminosa o grano de cereal puede ser germinado. Sin embargo, los brotes más apreciados por su ternura y buen sabor son los que se obtienen de legumbres como la alfalfa y de cereales como el trigo o la cebada, así como los procedentes de berros, rábanos, calabaza y sésamo.
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